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PAS SON GENRE / LA FEMME INFIDÈLE (Philippe Vilain, 2011 / 2013)

 

Benito Arias
  
    No he encontrado ningún comentario ni reseña en español sobre este autor francés. Tampoco hay, que yo sepa, ninguna obra suya traducida, así que veo conveniente una pequeña introducción: se trata de un escritor nacido en 1969, doctor en Literatura con una tesis sobre Annie Ernaux, Es un ensayista  bastante prolífico, que ha publicado libros sobre la autoficción, la timidez o la literatura francesa actual. Sus novelas reposan sobre dos ejes: la autoficción y el análisis del amor. Lleva publicadas diez, siendo la última, La fille à la voiture rouge (2017), confesamente autobiográfica.
   He leído dos de ellas, y me gustaría aportar una impresión general y luego algunas oservaciones particulares.
   La impresión general es que las novelas de Philippe Vilain son ideales para los lectores extranjeros. Dejen por un momento a Fournier y a Camus en la estantería, y si están estudiando la maravillosa lengua de nuestros vecinos, busquen los libros de Philippe Vilain: les prometo que su autoestima crecerá exponencialmente. Van a comprobar que saben más de lo que creen, es más: que lo entienden practicamente todo. Sin embargo, no por ello se trata de libros limitados en el aspecto lingüístico, no estoy diciendo eso, ni mucho menos; lo que ocurre es que el lenguaje de Vilain gira alrededor de las emociones y los sentimientos, de las reflexiones abstractas. No encontrarán descripciones de bosques, catedrales ni ejércitos, no tendrán que descuajaringar los diccionarios buscando el término preciso para esas cajitas de rapé que se usaban en el XIX, tampoco se estamparán a cada línea contra expresiones locales que ni los propios franceses usan en la actualidad. Además, sus monólogos son sintácticamente muy fluidos y artesanales, sin experimentalismos, así que se leen con gran fluidez.
   El tema fundamental de Vilain es el amor y las mujeres desde el punto de vista masculino, el propio autor o un sosias muy cercano a su modo de ver la vida y las relaciones. No lo oculta. La forma es el monólogo en primera persona, punteado con diálogos reproducidos fielmente de memoria. Las descripciones serán las precisas, o quizás toda la novela es la descripción de un personaje, de un carácter. Hablamos, pues, de novelas psicológicas, muy legibles, de una sencillez encantadora y con propensión a la filosofía, a la meditación ensimismada.

   Pas son genre (2011) es la más conocida, y en mi caso la puerta de entrada a este autor. Fue la base para una película del mismo título, dirigida por Lucas Belvaux. Vi primero la película, que me gustó, y después leí la novela, que me gustó mucho más. ¿Podría un profesor de Filosofía, joven y ambicioso, multiempleado en un liceo de provincias y en la universidad de París, que lee habitualmente la Crítica del Juicio de Kant o a Hegel, enamorarse y mantener una relación perdurable con una madre soltera, peluquera, arraigada en esa ciudad de provincias donde puntualmente ha caído para dar clases? Si se quiere conocer la respuesta a la pregunta, basta con ver la película; pero para enredarse en los motivos, las tormentas interiores y las reflexiones del complicado mortal, hay que leer la novela.

   La femme infidèle (2013) es la obra posterior, y tiene una extensión similar, también se trata de una novela corta. En este caso, el tema es la infidelidad, pero desde el punto de vista del marido cornudo. De nuevo tenemos una situación que cae como un disparo, y viajes en tren, y escenarios que sirven de fondo a la revolución interna del marido. Empezamos con la sospecha, la investigación, seguimos con la melancolía, las reflexiones y una decisión final.
   En un momento de la novela, el personaje reconoce que sin mujeres se aburre ("Sans femmes, je m'ennui", p. 86), y añade que su gran pasión es estudiarlas. La admiración por las mujeres se transmite en las novelas de Vilain más allá de los conflictos de pareja, y en el fondo parece decirnos que las mujeres suelen adoptar posiciones más sabias, y que los hombres somos un poco infantiles en comparación con ellas (como hoy mismo leía en una bonita entrevista con António Lobo Antunes). Es así.

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