Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2018

EL ARTE DE LA FICCIÓN (James Salter, 2016)

Benito Arias    Tiene frases para grabarlas en piedra:    Nunca he llegado a tener afinidad ni a sentirme realmente cómodo con personas que no leen o que nunca han leído. Para mí es un requisito esencial. (pág. 20)   Leo los cuentos de Bábel una y otra vez. (...) Es como un puñado de radio, un fulgor que nunca habrías imaginado. (págs. 27 y 26)    La filosofía es una cura de efectos lentos (pág. 28)    El estilo es el escritor en su totalidad (pág. 37)    Reescriben sin cesar: Bábel, Flaubert, Tolstói, Virginia Woolf. Ser escritor es estar condenado a corregir. (pág. 38).    Los escritores que me gustan son los que tienen un don para observar de cerca. Todo está en los detalles. (pág. 45)    Hay muchos intentos fallidos, al tratar de arrancarse de dentro algo que a veces es inexpresable. (pág. 51)    Todo lo que no está escrito desaparece, salvo por ciertos momentos que perduran, ciertas personas, días concretos. (pág. 87)    Es curioso que Salter retome el títu

LA FLECHA NEGRA (Robert Louis Stevenson, 1883)

  José Miguel García de Fórmica   Tengo por mi guerra «favorita» una contienda de la que no tengo mayores conocimientos que los que me han dado dos obras literarias (y, por tanto, también cinematográficas). Una, claro, es el Ricardo III de Shakespeare (y de Laurence Olivier); la otra, una novelita de Robert Louis Stevenson que no suele figurar entre lo más conocido de su autor pero que es seguro que quien la haya leído habrá de recordarla siempre con el mayor de los placeres. La contienda es la Guerra de las Dos Rosas (que ya de por sí diríase un nombre inventado por un literato). La novelita, La flecha negra . El autor la publicó inicialmente en 1883, por entregas, en la misma revista y con el mismo seudónimo (el alias de Capitán George North) donde poco antes había hecho lo propio con la historia que por siempre le hizo ganar la inmortalidad, La isla del tesoro . No es casualidad, por tanto, que en ambas brille el mismo ímpetu narrativo, la misma alegría por el mero arte del rel

CARTAS DE AMOR DE LA MONJA PORTUGUESA MARIANA ALCOFORADO

Por Sonia Cotta    Es un libro tan fugaz e intenso como el propio amor (¡que no el amor propio!) profesado por su protagonista. En tan sólo cinco epístolas, Mariana, una religiosa portuguesa "supuestamente" autora de tales cartas, e insisto en la suposición porque a día de hoy no está probado que lo fuese, nos transmite un torrente de pasiones, de locura, de entrega, de amor incondicional, de desdicha, de resignación... hacia su galán, su enamorado, un cierto "capitán francés".     "Sin tu amor no soy nada"...    Qué triste un amor así, que anula mi conciencia, mi forma de ser e incluso mi persona, arrastrándome hacia la nada.    "No dejes de amarme siempre, ni de seguir haciéndome sufrir más penas todavía".    Después de releer frase tras frase y palabra tras palabra, termino pensando que ese sometimiento, ese sufrimiento y esas contradicciones no deberían denominarse "amor".    En el buen querer no hay cabida para t